Tradición atlántica y maridaje mediterráneo

Cesilia La Garnacha representa la última incorporación al portafolio de vinos tintos de Casa Cesilia, que comparte espacio con sus dos hermanos, Roble y Crianza, que representan las puntas de lanza de la bodega como vinos tintos versátiles para una audiencia y consumidor más tradicional.

La Garnacha no solo reclama su espacio propio de forma particular, sino que supone una intervención más transgresora en términos generales. Mientras que Roble y Crianza comparten los mismos códigos visuales y materiales, para La Garnacha estos se transforman.

Cliente: Casa Cesilia
Proyecto: Labelling Cesilia Roble,
Crianza y La Garnacha
Año: 2019
Fotografía: Samuel Cano

SERVICIOS

Dirección de Arte
Packaging
Consultoría en impresión

Enfoque

Tomando como punto de partida las raíces leonesas de la familia Árias, propietaria de la bodega, junto a su trasfondo nómada que la llevaron de León a Asturias y Galicia, se plantea una línea gráfica para los tres tintos bajo los mismos códigos gráficos y materiales, unificando criterios para Roble y Crianza y contextualizando La Garnacha de una forma particular y única, todo ello con el objetivo de encontrar un nuevo hilo conductor que respete la coherencia de la línea general.

Solución

Se definen los elementos comunes de las etiquetas como el troquel, los elementos de diseño, la textura gráfica y los materiales y acabados. El troquel propietario y original utilizado en Rosé y Blanc se adapta cuidadosamente al perfil de las botellas borgoña seleccionadas para los vinos y se asientan el resto de elementos gráficos.

Roble y Crianza

Rojo borgoña para el Crianza y naranja fuego para el Roble, unidos a los acabados metalizados, conforman la paleta cromática de ambos vinos, para rematar la etiqueta a nivel decorativo con una textura en bajorrelieve cuyo elemento central es la Flor de Lis, distintivo propio de las familias de la zona de León.

La Garnacha

En la búsqueda de llevar la inspiración atlántica a la etiqueta se renuevan color y textura gráfica con el objetivo de encontrar un hilo conductor propio y diferenciado.

Por un lado, se adoptan los dos colores por excelencia que definen a nivel representativo y visual el norte de España, el azul atlántico y el blanco, para así marcar distancia con respecto a los tonos empleados de forma habitual en el etiquetado de esta variedad de uva. Por otro, trabajamos diferentes representaciones y símbolos de inspiración celta directamente relacionados con Galicia y su geometría mágica, combinando forma y color para generar un nuevo patrón gráfico.